Tomando ventaja de que, con la llegada de la bendita cama, el proceso de parcial sedentarización comienza a materializarse, creí oportuno inmortalizar aunque sea en unas cuantas oraciones la primera impresión de esta recóndita ciudad, y de esta forma saldar mi deuda (pseudo) literaria. Mas aun, juzgo que es necesario que lo haga ahora pues teniendo en cuenta que en vistas de los benignos inviernos que me esperan- se rumorea que los días soleados con 30 grados de temperatura no son muchos más- y por sobre todo conociendo la peculiar inconsistencia de mis preferencias intertemporales, esta imagen inicial bien puede ser notoriamente diferente al cabo de unas simples nevadas.
La primer grata sorpresa, excluyendo por supuesto al hecho de que no haya perdido la conexión en Atlanta, ni me hayan asaltado en Chicago y que sólo perdí un libro de bolsillo en el avión- condicional a mi despiste esto es muy positivo-, fue ver al bajar del taxi en la esquina de Maple & Cramer a una ardilla cruzar la calle hacia nosotros y trepar al árbol de enfrente de mi depto. Claro que la gente mundana- que está constantemente rodeada de ardillas- ya me estará retrucando el por qué de tal extraordinaria manifestación de vehemencia y admiración ante la ligera contemplación de una simple ardilla. Pues, resulta que por extraño que parezca, para un no mundano nacido en Mendoza esta sorpresa no escapa a lo normal. Ahora bien, luego de tres semanas de constante convivencia con estos fascinantes e inquietos mamíferos, debo coincidir con los mundanos que no es necesario hacer tamaña alharaca. Por eso este párrafo de dedicación casi exclusiva hacia ellas.
By the way, se dice que las ardillas de Evanston son más inteligentes que el promedio.
En la foto se puede ver a una de ellas con una lata en la boca en un clarísimo acto de reciclaje. Quizás se deba a la influencia de Universidad de Northwestern- nada escapa a su influencia en esta ciudad- o vaya uno a saber a que otro extraño proceso evolutivo, pero la prueba que les presento, deben admitir, es irrefutable.
La segunda grata sorpresa fue poder encontrarme rápidamente con mi chica que me estaba esperando tal como habíamos quedado en el Apple Store de Old Orchard. Esto, debo confesar, ha facilitado enormemente mi adaptación inicial. No sólo por procurarme una amena e incondicional- y eso que hoy en día resulta cada vez mas complicado utilizar este último adjetivo en cualquier tipo de relación - compañía, sino también por ayudarme a interaccionar con la gente del otro lado del hemisferio. Mi experiencia con la manzana ha superado ampliamente mis expectativas -que no eran pocas- y ahora creo entender perfectamente aquella frase que antes sólo me resultaba trillada:
el que la prueba no vuelve. Si están un tanto cansados de updates, upgrades, instalar drivers, 234000 virus, ventanas que se abren misteriosamente, etc., puede ser una opción interesante para considerar. Bottom line:
it just works...
De la uni, qué puedo decir? No quiero ser muy empalagoso por lo que solo diré que estoy muy contento por las canchas de tenis indoor que tiene...
No me olvido de las fotos. En los próximos días prometo colgarlas. Por cierto, esta semana empiezo el laburo en serio por lo que mis horas de ocio se verán notablemente afectadas. Si ven algo interesante para blogear, just send me an email...