Den mein Mund nicht nehmen kann!
Schwer, wie schwer ist er zu tragen!
Und ich bin doch sonst ein Mann.
(¡Deja que adiós te diga con los ojos,
ya que a decirlo niéganse mis labios!
¡La despedida es una cosa seria
aun para un hombre, como yo, templado!)
Lo sorprendente es que cuando ya pensaba que no me quedaba nada más por robarle a esta bendita ciudad-y permítanme aclarar que me llevo bastante-, me encuentro con cinco enormes razones que, nuevamente, me hicieron ver cuan equivocado puede estar uno en estas situaciones. Puede resultar extraño, y hasta trivial quizás, que sólo cinco repetitivas razones se hayan confabulado de esta forma para hacerme cambiar de opinión. Pero, como diría M. Kundera “happiness is the longing for repetition”. Y creo que en este caso, es un muy buen punto.
Como párrafo final agradecer a quienes, en una increíble maquinación intelectual y física, hicieron posible que Der Abschied fuese posible. Gracias por el soporte logístico del turquito y su acto filantrópico, por la fantástica performance del político, por la continua fiscalización del dandy, por la extraordinaria hiperactividad mostrada por el tucumano y por la provisión y alojo de parte del Sr. Waters. Gracias totales…
No comments:
Post a Comment